-¿Qué vas a hacer a partir de ahora?
-Voy a escribir una novela ¿Qué te parece?
-Me parece muy bien ¿Qué tipo de novela?
-Una buena novela. Buena para mí. Yo no creo que tenga talento ni nada de eso. Pero, como mínimo, pienso que si uno, cada vez que escribe, no se vuelve un poco más sabio, entonces no tiene ningún sentido escribir
-Claro
-Escribir para ti mismo...O escribir para las cigarras
-¿Las cigarras?
-Sí

septiembre 02, 2013

y lo puro del sentir donde quedó?

Ella me miró y con voz firme y segura dijo: Te quiero.
-¿Querer? Nah! Escuchame estás confundida. Ponele que sea una calentura, un momento de nerviosismo, ganas de querer abrazar a un alguien un rato, pero querer...no estás ahí me parece.
Es importante que se sepa que ella lo dijo con convicción, que no fue una simple expresión. 
Ella parecía sentirlo. 

En los primeros segundos que siguieron a LO DICHO, yo me quede en silencio.
-¿Querer? Nah! Escuchame estás confundida. Ponele que sea una calentura, un momento de nerviosismo, ganas de querer abrazar a un alguien un rato, pero querer...no estás ahí me parece.
Sabía que tenía que reaccionar, o que eso era lo que se esperaba que hiciera, porque me acababan de decir algo importante o lo que se asume en general que  lo es. 
Así que mientras mi mente me decía que cuanto más tiempo pasara, peor sería, intentaba con todas mis fuerzas expresarme-le.
Le miré el pelo. Ya no estaba tan lindo como lo recordaba, pero seguía teniendo exactamente los mismos pirinchos que tanto me gustaban al principio de la frente.
Después le miré los ojos, que siguen siendo mi cielo, y aunque estaban con vida, aún así no me decían nada más.
"Bueno, a ver qué onda la boca", pensé. Hermosa sonrisa, pero aún así...nada.
Y ahí se produjo el quiebre. 
Ahí...si
Por primera vez...
En ese instante tan instante, paralizado-fijado-determinado en el universo 
comprendí 

Mi nueva mente conversaba consigo misma, se relamía y se hacía un festín, mientras yo intentaba volver el tiempo atrás, desesperada:
-¿Querer? Nah! Escuchame estás confundida. Ponele que sea una calentura, un momento de nerviosismo, ganas de querer abrazar a un alguien un rato, pero querer...no estás ahí me parece.

Ya no había reverso, no había otra vuelta ni otra chance. 
Mi corazón no estaba. No latía ni tímidamente. Lo buscaba adentro mío. No había nada. No hay nada.
Y mi nueva mente no tenía más que expandirse y regodearse en su ahora conquistado reinado.
-Pasa que es así...te van a decir que te quieren, te van a encantar con palabras. Pero qué pasa mi querida? Atención con las palabras, porque son efectivamente eso. Atención con las palabras, porque son efectivamente eso. Atención con las palabras, porque son efectivamente eso.

Reaccioné.
Antes de que ella, la chica que dijo algo del querer o del amor me insultara y se fuera, yo atiné a decir "bueno".
No pude conseguir acallar la novedad:
-¿Querer? Nah! Escuchame estás confundida. Ponele que sea una calentura, un momento de nerviosismo, ganas de querer abrazar a un alguien un rato, pero querer...no estás ahí me parece.




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