Por suerte cuando fui a comprar los boletos el paraguero estaba de buen humor.
Me dijo que ya eran los últimos que le quedaban. Pensé que la lluvia debía estar poniéndose de moda. Ingratos, dirías, ahora de golpe todos se pusieron románticos.
Cuando los toqué pensé que habrían de gustarte, son casi trasparentes, pero las gotitas que tiene impresas tienen cierto relieve. Lástima que después todo eso vaya a desaparecer, pero la intención está.
Me dijo el paraguero que sólo te los puedo dar cuando ya esté empezando a llover, sino no funcionan y el viaje no va a estar bueno. Me ofreció Boletos de Arcoiris, Boletos de Primavera, unos especiales de Hojas Secas, de los cuales desconfié, y había uno de Naufragio. No sé...me pareció un poco pesimista comprar ese.
Si vamos como las gotas, siempre vamos a tener recuerdos.
Si son las gotas esos recuerdos que guardan las nubes, como bien decís, y si nosotras somos gotas va a andar bien.Si fuéramos solo una, unísima, sería más arriesgado, pero si somos lluvia podría funcionar.
Me gustaría que fuera una como la de hoy, así...prolongada. La que cuando la mirás parece que no va a parar más. La que moja a todos aunque no parezca.
El paraguero me aconsejó guardar el boleto porque a veces se pueden reutilizar. Si se les borra un poco la tinta celeste quizás el cielo se de cuenta, pero quizás no y repitamos. Estaría bueno.
Si me regalaran un viaje así, yo agarraría vuelo de una, pero sobre tierra firme, porque volar no me gusta.
No es que puedas decir que no, ya los compre.
Ya está tu nombre en el cuaderno. Se lo tuve que dar, perdón. Insistió y eran los últimos.
Ya está tu nombre en el cuaderno.
Ya está tu nombre.
Venís?
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